miércoles, 27 de mayo de 2015

20. TIENDAS Y TABERNAS:



El Thermopolium:

Los Thermopolia eran establecimientos donde se vendían bebidas y comidas calientes, de aquí su nombre griego. 

La gente común solía hacer la comida del mediodía (prandium) fuera de casa.
 La estructura de estos establecimientos era simple: un mostrador de obra que da a la calle decorado con placas de mármol donde se empotraban unas cubas (dolia) que contenían las mercancías. 

A veces, en el interior, había un espacio donde la gente se podía sentar y comer. 
En la trastienda de alguna de ellas se encontraron numerosas ánforas de vino y tinajas con frutos y legumbres.

La panadería de Sexto Patulco Félix era la principal de la ciudad. Aun permanecían en su lugar unos moldes para tortas de trigo y, junto a los dos molinos para triturar el cereal, el esqueleto del asno que los hacía girar.





La tienda del vendedor de Paños: 

Años antes de la destructiva erupción del Vesuvio, en las habitaciones laterales de la Casa del Tabique de Madera se construyeron unas tiendas. 

 Destaca la tienda del vendedor de paños (lanarius) en cuyo interior se puede admirar el único ejemplar existente de prensa con tornillo de madera (torcular o pressorium) que se empleaba para planchar la ropa. 

Una escalera conducía a la casa del artesano, la cual contaba con dos habitaciones que se edificaron sobre el vestíbulo de la Casa del Tabique de Madera.



19. EDIFICIOS PÚBLICOS:

Los Fornicis:

Se trata de una serie de estructuras abovedadas frente a la playa que servían como almacenes portuarios y para resguardar las barcas de pesca. 
Sobre ellas descansa una gran terraza. Fue aquí donde, en 1980, Giuseppe Maggi localizó trescientos esqueletos humanos. 
Durante la erupción del Vesubio, los habitantes de Herculano trataron de refugiarse en estos almacenes con sus objetos más valiosos (joyas y monedas) y murieron debido a los gases y las altísimas temperaturas con que los golpeó la oleada de flujo piroclástico. 
Se trataba de los rezagados que llegaron cuando ya no quedaban embarcaciones y decidieron esconderse allí a la espera de que cesaran los temblores y se disipara el humo y la ceniza. 
Hasta entonces se creía que la mayor parte de la población de Herculano se había salvado, al hallarse muchos menos cuerpos que en Pompeya, pero este descubrimiento reveló que los herculanos trataron de huir por mar, pero el fuerte oleaje hizo zozobrar las barcas hundiéndolas, arrojándolas contra las playas, llenando probablemente la costa de cadáveres ahogados durante los días y semanas siguientes.

En 1982, en esta misma zona se encontró, en buen estado de conservación, una embarcación romana de 9 metros de longitud, en la que se hallaba un remero y un soldado con dos espadas y una bolsa de monedas. 
También en la playa frente a los almacenes se encontraron los esqueletos de varias personas más y un caballo.

En época romana, el mar se encontraba mucho más cerca de la ciudad que en la actualidad. Los materiales arrojados por el Vesubio le ganaron al mar una franja de tierra de unos 400 metros de ancho.


La Terraza de M. Nonio Balbo:

Una rampa adosada a las murallas conduce a una amplia plaza rectangular frente a las Termas suburbanas. 
Aquí se encuentra un altar funerario de mármol en honor al senador M. Nonio Balbo, pretor y procónsul de la provincia de Creta y de Cirene, tribuno de la plebe en el año 32 a. C. 
Este senador era mecenas de la ciudad de Herculano y edificó numerosos edificios públicos para la misma.
 Por esta razón, le erigieron al menos diez estatuas y a su muerte, le tributaron grandes honores (según consta en una inscripción de este altar). 

En la base de mármol, a un lado del altar, estaba la estatua con coraza del propio M. Nonio Balbo. La cabeza se descubrió durante las excavaciones de A. Maiuri.



 Gimnasio:

El Gimnasio o Palestra era un extenso complejo dedicado fundamentalmente a las actividades deportivas. 
Se construyó durante la época de César Augusto (27 a. C. al 14 d. C.). 

Su planta se organiza en torno a dos terrazas. Sólo una parte del edificio fue excavada. 

Desde la entrada, por el cardo V se accede a un monumental vestíbulo realzado por dos columnas. 
La terraza inferior consta de una gran área con pórticos en tres de sus lados y un Criptopórtico en su lado Norte, sobre el que descansa otra terraza. Un largo estanque rectangular, que servía de vivero de peces, bordeaba el criptopórtico, pero fue reemplazado por una gran alberca cruciforme, con una fuente de bronce que representa a la Hidra de Lerna, mítica serpiente monstruosa de siete cabezas, cuyo original se conserva en el Antiquarium.

En el lado oeste del pórtico encontramos una serie de habitaciones entre las que destaca una amplia sala rectangular con ábside, de unos 10 metros de altura, con una hornacina y un altar de mármol destinado a las ceremonias y ofrendas religiosas.






 La Sede de los Sacerdotes Augustales:

Para los esclavos liberados, convertirse en un sacerdote augustal era una forma de ascender en la escala social. 
Su Colegio, dedicado al culto al emperador Augusto, estaba ubicado en las proximidades del Foro, donde se desarrollaba la vida religiosa, política y social.

Es un edificio de planta cuadrada, con cuatro columnas centrales y arcos ciegos en sus paredes. 
El suelo es de opus signinum mientras que el de la planta alta es de opus spicatum. 

Con posterioridad se construyó una cella, en eje con la entrada, que conserva parte de su suelo y rodapié original así como los frescos en cuarto estilo: en la pared izquierda se observa la entrada de Hércules en el Olimpo acompañado de Júpiter, metamorfoseado en arco iris, Juno y Minerva; en la pared derecha en cambio vemos la lucha de Hércules con Aqueloo. 

Al fondo, a la derecha del sacellum, está la habitación del conserje, cuyo esqueleto se encontró tendido en la cama.

Todavía se conserva una inscripción en la pared que recuerda que el edificio fue consagrado a Augusto, en vida del emperador, y que fue construido por voluntad de los hermanos A. Lucio Próculo (A. Lucius Proculus) y A. Lucio Juliano (A. Lucius Iulianus), quienes el día de la inauguración ofrecieron un almuerzo al que invitaron a los miembros del Senactum (senado municipal) y a los sacerdotes Augustales.




Teatro:

El edificio, cuya estructura se apoyaba sobre un doble orden de arcos y pilastras, tenía una capacidad de 2.000-2.500 espectadores y estaba decorado elegantemente. 
El muro en lo alto de la cavea estaba ornamentado con una serie de estatuas de bronce de grandes dimensiones, representando a personalidades de Herculano y miembros de la familia imperial. 
Riquísima era también la decoración de la escena, recubierta de mármol, con columnas de mármol africano y de amarillo antiguo.
A pesar de ello, el teatro aparece hoy totalmente espoliado. Manuel Mauricio de Lorena, príncipe de Elboeuf primero y Carlos de Borbón después se ensañaron con tenaz vandalismo con este monumento, llevándose toda obra de arte y cada placa de mármol, desmembrando así irremediablemente aquello que de otra forma habría sido el teatro mejor conservado de toda la antigüedad.



18. HERCULANO:

Herculano (en italiano, Ercolano) era una antigua ciudad romana de la región de la Campania, sur de Italia. 
En su tiempo fue más pequeña pero su élite más rica, culta e intelectual que los más mundanos comerciantes y mercaderes de la vecina Pompeya. 
Es conocida por haberse conservado, al igual que Pompeya, enterrada en las cenizas de la erupción del Vesubio del 24 de agosto del año 79d.C. 

Muchos de sus habitantes perecieron debido al flujo piroclástico de la erupción. 
Como la ciudad estaba más cerca del volcán que Pompeya, la alcanzó a una temperatura superior, por lo que las víctimas fueron reducidas al instante a esqueletos abrasados (en Pompeya, al contrario, la ceniza se endureció alrededor de los cuerpos que conservaron la carne, que al pudrirse dejaba la forma hueca; desde 1860 empezaron a rellenarse con yeso para crear los famosos moldes) 

Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, junto con Pompeya y otros yacimientos arqueológicos de la zona, en 1997.

Las excavaciones comenzaron en la actual Ercolano, un suburbio de Nápoles, en 1738. 
La elaborada publicación de Le Antichitá di Ercolano ("Las antigüedades de Herculano") bajo el patrocinio del rey de las Dos Sicilias tuvo un importante efecto en el incipiente neoclasicismo europeo. 

A finales del siglo XVIII comenzaron a descubrirse en Herculano una gran diversidad de objetos, como pinturas murales, trípodes, braseros, estatuas de bronce, botellas de perfume y cerámica.

Se encontraron en 1980 cientos de esqueletos de habitantes que se habían refugiado en los cobertizos para barcas. 
Estas excavaciones realizadas en el área del puerto de Herculano permitieron hallar más de 200 esqueletos de diversas edades y condición social.

La más famosa de las lujosas villas herculanas es la Villa de los Papiros, identificada como el fastuoso retiro con vistas al mar que Lucio Calpurnio Pisón Cesonio, suegro de Julio César, mandó construir.



 

17. URBANISMO:

Pompeya es la única ciudad antigua de la que se conoce de forma precisa su estructura topográfica, sin modificaciones posteriores. 
No estaba distribuida en un plano regular como solía ocurrir con las ciudades romanas, debido a la irregularidad del terreno. 
Pero sus calles eran rectas y formaban una rejilla al más puro estilo romano, con su cardo y dos decumanos.

 El sector sudoeste, no obstante, presenta un trazado muy irregular, y es el núcleo original del asentamiento osco, al que se le fueron añadiendo las diversas ampliaciones con un trazado mucho más regular. 
El trazado de la muralla ya estaba definido en el siglo VI a.C. y probablemente también el de las principales calles, aunque incluso en el año 79 permanecían en la ciudad, especialmente en el sector oriental, numerosos descampados y cultivos, que muestran que el espacio intramuros nunca estuvo muy densamente poblado.

Los nombres actuales de las calles, puertas y edificios de la ciudad datan en su mayoría del siglo XVIII o XIX, ya que muchos no tenían nombre concreto durante la época romana, y en otros casos no se ha conservado.
 Se sabe tan solo que la actual Vía de la Abundancia debió llamarse Via Pompeiana y cruzaba la Via Jovia (de Júpiter) y la Via Dequviaris, que no se han identificado.

 En cuanto a las puertas, la actual Puerta de Herculano llevaba el nombre de Porta Salis o Saliniensis y la Puerta Marina se llamaba probablemente Porta Forensis.

Actualmente para localizar los edificios en el plano se usa el sistema ideado por Giuseppe Fiorelli, que dividió la ciudad en 9 regiones, cada una de ellas con un número identificativo para cada manzana y, dentro de cada manzana, para cada puerta.
 
 
Las fases de desarrollo de la ciudad      Fundación osca      1ª expansión      2ª expansión      3ª expansión
 

16. UN TESTIMONIO ÚNICO:


La ciudad ofrece un cuadro de la vida romana durante el siglo I. 

El momento inmortalizado por la erupción evidencia literalmente hasta el mínimo detalle de la vida cotidiana.
 Por ejemplo, en el suelo de una de las casas (la de Sirico), una famosa inscripción Salve, lucrum ("Bienvenido, dinero"), quizás con intención humorística, nos muestra una sociedad comercial perteneciente a dos socios, Sirico y Numiano (aunque este último bien podría ser un apodo, ya que nummus significa moneda). 
En otras casas abundan los detalles sobre diversos oficios, como los trabajadores de la lavandería (fullones). 
Así mismo, las pintadas grabadas en las paredes son muestras del latín coloquial empleado en la calle. Sin embargo, no hay que pensar que la ciudad que se excava en la actualidad quedó congelada en el momento de la erupción. 

La población de Pompeya se calcula entre las 10.500 a las 15.000 personas, mientras que solo se han encontrado unos 2.000 cadáveres. Además, muchos de los edificios están extrañamente vacíos, lo que hace pensar que gran parte de la población habría huido ya durante los terremotos que precedieron a la erupción (recordando, quizás, el gran terremoto del año 62) y se habrían llevado con ellos una parte de sus objetos de valor.

 Se explican así, además, algunos de los tesoros que se han hallado en la ciudad, ya que los ciudadanos que huyeron los escondieron para recuperarlos cuando los problemas pasaran. 
Por último, existen varias pruebas de que la ciudad fue saqueada (ya por sus antiguos habitantes o por otras personas) durante los meses e incluso años siguientes, a fin de recuperar sus pertenencias o llevarse los materiales valiosos, para lo cual excavaron túneles entre las cenizas endurecidas.

En el año de la erupción se calcula que la población de Pompeya era de unas 15.000 personas. 
La ciudad estaba situada en una zona donde abundaban las villas vacacionales, y contaba con numerosos servicios: el macellum (gran mercado de alimentos), el pistrinum (molino), los thermopolia (una especie de taberna que servía bebidas frías y calientes), las cauponae (pequeños restaurantes) y un anfiteatro. 
La Campania era una fértil región agrícola desde antiguo. 
En el pequeño pero activo puerto de la ciudad los excedentes agrícolas eran cargados y enviados a Roma y otras grandes ciudades. Sus vinos eran especialmente apreciados.

En 2002 un importante descubrimiento en la desembocadura del río Sarno reveló que en el puerto también había viviendas, muchas de ellas palafitos con un sistema de canales que sugieren una cierta similitud con Venecia.


miércoles, 13 de mayo de 2015

15. RESTOS QUE DEJÓ EL VESUBIO EN POMPEYA:



Foro:

El foro, como en toda ciudad romana, era el centro cívico y el corazón de la vida comercial de Pompeya. Era un amplio espacio abierto con forma rectangular rodeado en tres de sus lados por una columnata y en el otro por el Templo de Júpiter, con varios edificios públicos importantes en torno a él.
 
Constaba de un área libre de 145 m. de longitud por 38 m de anchura, estaba pavimentada en piedra. En ella se erguían estatuas conmemorativas del emperador, de miembros de su familia o de ciudadanos locales de alguna importancia.

Era típico ver en el foro mesas o banquetas donde los vendedores exponían sus productos al público; se colocaban en los bordes de la zona libre, junto a las columnatas y cuando llovía se trasladaban a los corredores, unos pasillos que estaban techados donde la gente paseaba y solía negociar.

Al foro se accedía mediante una gran puerta de bronce, dentro del foro no se permitía la circulación de carruajes.



En el foro había tablillas expuestas al público donde se escribían noticias importantes de la época, como el resultado de las últimas elecciones o la fecha de algún espectáculo, e incluso había gente que aprovechaba para exponer sus quejas o para hacer publicidad de su establecimiento. Un ejemplo encontrado de ellos sería: "Macerior ruega al edil que prohíba a la gente hacer ruido en la calle y moleste a las personas decentes que están durmiendo".   





Templo de Júpiter:



El templo de Júpiter cierra la plaza del Foro en el lado norte. 
Si bien en su origen fue solo dedicado a Júpiter, después del año 80 a. C. fueron también veneradas en él las diosas Juno y Minerva, formando así la llamada tríada capitolina que era la protectora de Roma y el imperio. 
El templo fue construido en el siglo II a. C., fue gravemente dañado por el terremoto del año 62 d. C. y estaba siendo restaurado al momento de la erupción del Vesubio.





Macellum:


El Macellum era el gran mercado de alimentos, dotado con una fuente de agua en el centro donde se lavaban los pescados. Fue construido ya en la época del Imperio.








Edificio de Eumaquía:

Este edificio albergaba al gremio de tintoreros y lavanderos, toma su nombre de la sacerdotisa Eumaquía que patrocinó su construcción y fue dedicado a la Concordia y a la Piedad Augusta, así como a Livia, esposa del emperador Augusto, tal como reza una inscripción en el arquitrabe del pórtico.

Lamentablemente, esta construcción sufrió grandes daños durante el terremoto del año 62, y los trabajos de restauración no estaban muy avanzados cuando ocurrió la erupción del Vesubio.

En el patio fue hallada la estatua de Eumaquía que hoy se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles.




Basílica:

La basílica de Pompeya era la sede de la administración de justicia y, junto con el Foro, constituía el edificio más importante de la ciudad. 
 Tenía cinco puertas que abrían hacia el Foro, que daban paso a tres naves internas. La época de la fundación se calcula hacia el 120 a. C.





 Termas Estabianas:  

Las termas Estabianas se encuentran en el cruce de la Vía Estabiana (Via Stabiana) y la de la Abundancia (Via dell'Abbondanza) y son las más antiguas de la ciudad, del siglo IV a. C. 
 Las termas muestran signos de sucesivas restauraciones, la última de ellas tuvo lugar luego del terremoto del año 62. 
Estaba compuesta por una sección masculina y otra femenina. Tenía un sofisticado sistema de calefacción: el aire caliente circulaba bajo el piso y entre las paredes.

Tanto la sección masculina como la femenina estaba compuesta por una sala de vestir (apodyterium), una sala con piscina de agua fría (frigidarium), de una sala templada (tepidarium) y de una sala muy calefaccionada (calidarium), dotada de una bañera para agua caliente y de una fuente para abluciones con agua tibia.
 Además había otros ambientes, algunos anexos al gimnasio y una gran piscina para nadar al aire libre.

En la palestra de las termas existía un reloj de sol que tenía más de 200 años en el momento de la erupción, y conservaba una inscripción en osco que recordaba que lo había pagado el ayuntamiento con el dinero obtenido de las multas.






  Termas Suburbanas:


Se encuentran situadas justo extramuros de la ciudad, cerca de la Puerta Marina. Construidas a comienzos del siglo I d. C. , estaban en proceso de restauración en el momento de la erupción. 
Fueron excavadas en los años ochenta, y eran una empresa comercial privada, situada en los bajos de un edificio que tenía en el piso superior viviendas y locales de otro tipo.

Sus dimensiones eran muy inferiores a las de los establecimientos balnearios públicos del centro de la ciudad y no hay menor indicio de que tuvieran una sección destinada a las mujeres; su principal atractivo en cualquier caso, debía de residir en las maravillosas vistas que tenía al mar, de las cuales podían disfrutar los clientes desde un espacioso solárium.

Lo que las ha hecho famosas son las ocho escenas de actividades sexuales de la parte superior de la pared del vestuario (apodyterium), de las cuales se han conservado únicamente las pinturas de una de las paredes, pero originalmente debían de decorar otras dos, presentando tal vez veinticuatro variedades distintas de posturas para practicar el sexo. 
Debajo de las escenas encontramos otras pinturas que representan unas cajas o cestas de madera, todas ellas debidamente numeradas (todavía pueden leerse los números I-XVI).

Estos vestuarios no disponían de nichos empotrados para guardar la ropa, sino que aún son visibles las huellas de un estante que recorría toda la habitación por debajo de las pinturas, y en el cual habría habido unas cajas o cestas individuales.

Termas Suburbanas - Apodyterium


Teatro Grande:

Adyacente al Foro triangular se encuentra el teatro grande, de la primera mitad del siglo II a. C., construido a la manera del mundo griego helenístico, aprovechando la pendiente natural de una colina y restaurado y ampliado notablemente en la época romana. 

El espacio reservado a los espectadores estaba dividido en tres órdenes de gradas de mármol. El escenario tenía las tres puertas clásicas.

El teatro tenía un gran pórtico cuadrangular bastante bien conservado, donde los espectadores podían entretenerse antes del espectáculo y durante los intervalos. Luego del terremoto del año 62, este pórtico fue transformado en cuartel de gladiadores.





Casa del Fauno:

La Casa del Fauno es una de las construcciones más lujosas de la ciudad. 
La entrada principal da a la Vía de la Fortuna (Via della Fortuna) y ocupa toda una manzana de la Región VI. 
La casa tiene sus orígenes en la edad samnítica, cuando era amplia pero modesta.
 A fines del siglo II a. C. pasa a ocupar una manzana entera y recibe una suntuosa decoración a base de estuco y mosaicos, que se restauraron y conservaron sin apenas modificaciones durante los 200 años siguientes, manteniendo un estilo que debía de parecer muy anticuado a los habitantes del año 79.

En la parte anterior de la entrada se encuentra el saludo HAVE (forma del latín vulgar para «ave», bienvenido).

El ingreso está provisto de puerta doble y en el vestíbulo se encuentran dos atrios, uno de ellos, el principal, contiene una pequeña fuente con una pequeña estatua de un fauno danzante que ha dado el nombre a la casa. 
(El original se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles).

Se supone que a principios del siglo I a.c. fue la morada de P. Sila, sobrino del dictador Sila, quien tuvo la misión de organizar la colonia romana y de conciliar los intereses de los colonos con los de los antiguos habitantes.

 En el pavimento de una de las principales salas de recepción se encontró el mosaico antiguo más complejo que se ha descubierto, el llamado Mosaico de Alejandro, que representa la batalla de Issos, entre Alejandro Magno y Darío III Codomano. Está compuesto por entre 1 500 000 y 5 000 000 de teselas.


El Fauno.



Villa de los Misterios:

 
La villa de los Misterios es uno de los edificios suburbanos de Pompeya, situado a unos doscientos metros de la Puerta de Herculano, fuera de los límites de la ciudad. 
Se trata de una construcción que presenta una disposición armoniosa y singular de sus ambientes y una superlativa colección pictórica. 
Fue construida en la primera mitad del siglo II a. C. y fue muchas veces remodelada y ampliada.
 Se presenta como una construcción de cuatro lados circundada por una terraza panorámica. Después del terremoto del año 62 la Villa cambió de propietarios y de usos: de vivienda señorial pasó a establecimiento agrícola.

Los usos finales de esta Casa constituyen el ejemplo de una vivienda de gran lujo unida a una explotación agrícola ganadera. Integrada al paisaje mediante grandes pórticos y galerías que dan a jardines colgantes, la Villa de los Misterios se muestra muy distinta de las casas encontradas en la ciudad.

Si bien casi todas sus paredes se encuentran decoradas con pinturas, destacan una serie de grandes frescos que se supone que representaban la iniciación de las esposas a los Misterios Dionisíacos.

 En la llamada Sala de la Gran Pintura, se desarrollan una serie de frescos que datan del siglo I a. C., que representarían los momentos sucesivos de un ritual que Roma intentó limitar sin mucho éxito.

Las imágenes son muy elocuentes: un niño leyendo el ritual bajo la supervisión de una matrona, una joven que lleva una bandeja con ofrendas, un grupo de señoras en una celebración sacramental, un sileno que toca una lira mientras una jovencita ofrece su seno a una cabra, otro viejo sileno ofrece una bebida a un pequeño sátiro mientras otro más joven le alcanza una máscara teatral, entre muchas otras.
 También se representan las bodas de Dioniso y Ariadna.



14. DAÑOS SISMICOS  Y VOLCANICOS:


Una importante área de las investigaciones se centra en las estructuras que estaban siendo restauradas durante la erupción (presumiblemente dañadas en el terremoto del año 62).
 Algunas de las pinturas antiguas dañadas pudieron ser cubiertas con nuevos frescos, y se utilizan modernos instrumentos para analizar las pinturas ocultas. 
La razón más probable por la cual esas estructuras todavía estaban siendo reparadas 17 años después del terremoto era la creciente frecuencia de pequeños temblores que precedieron a la erupción, como se puede extraer de las palabras de Plinio el Joven, único testigo cuyas noticias nos han llegado: «Durante muchos días antes hubo temblores de tierra».

Aunque la ciudad de Pompeya se ha conservado en un estado envidiable bajo la capa de cenizas, hay que tener en cuenta que durante la erupción los edificios vivieron un fenómeno muy parecido a un bombardeo, motivo por el cual la mayoría de los tejados se vinieron abajo y muchas edificaciones grandes se hallaron gravemente arruinadas.

Durante las excavaciones, ocasionalmente eran hallados huecos en la ceniza que habían contenido restos humanos. 
En 1860, el arqueólogo italiano Giuseppe Fiorelli sugirió rellenar estos huecos con yeso, obteniendo así moldes que mostraban con gran precisión el último momento de la vida de los ciudadanos que no pudieron escapar a la erupción. 
En algunos de ellos la expresión de terror es claramente visible. 
Otros se afanan en tapar su boca o la de sus seres queridos con pañuelos o vestidos tratando de no inhalar los gases tóxicos, y alguno se aferra con fuerza a sus joyas y ahorros. 
Tampoco falta quien prefirió ahorrarse el tormento quitándose la vida, conservándose su cuerpo junto a pequeñas botellitas que contenían veneno. 
Los perros guardianes siguen encadenados a las paredes de las casas de sus amos, al igual que los gladiadores del anfiteatro (en este último caso, acompañados de una misteriosa mujer cargada con todas sus joyas de gala).
El número actual de víctimas detectadas es de unas 2000, y es de esperar que aparezcan muchas más en las partes de la ciudad que todavía no han sido excavadas.
 
 
 
Foro de Pompeya recuperado
 
 
 
 


13. POMPEYA: Historia de los trabajadores arqueológicos:


Gruesas capas de ceniza cubrieron las dos ciudades situadas en la base de la montaña, y sus nombres y localizaciones exactas acabaron olvidados con los siglos. 
Herculano fue redescubierta en 1738, y Pompeya en 1748.

Intervino como patrono y visitante frecuente de los trabajos, el rey Carlos VII de Nápoles, mucho más conocido como Carlos III de España entre 1759 y 1788.

Fue ingeniero director de los primeros trabajos sobre Pompeya y Herculano el aragonés Roque Joaquín de Alcubierre, durante una treintena de años buscador de esculturas y objetos artísticos para las colecciones reales, hoy preservadas en los grandes museos de Madrid, Roma y Nápoles.

Desde entonces, ambas villas fueron excavadas con criterios cada más científicos y no ya como meros cofres de tesoros, revelando numerosos edificios intactos, así como pinturas murales. 
Realmente el descubrimiento tuvo lugar en el año 1550, cuando el arquitecto Fontana estaba excavando un nuevo curso para el río Sarno. Pero hubo que esperar 150 años antes de que se iniciara una primera campaña para desenterrar las ciudades. 
Hasta esa fecha, se asumía que Pompeya y Herculano se habían perdido para siempre.

Se ha sostenido la teoría (sin demostrar) de que Fontana inicialmente encontró algunos de los famosos frescos eróticos y, escandalizado debido a la estricta moral reinante en su época, los enterró de nuevo en un intento de censura arqueológica.
Excavadores posteriores plasmaron en sus informes que los lugares en los que estaban trabajando habían sido desenterrados y enterrados de nuevo con anterioridad.

El foro, los baños, muchas casas y algunas villas permanecieron en un sorprendente buen estado de conservación. A poca distancia de la ciudad se descubrió un albergue de 1000 m² que hoy en día se conoce como "Gran Hotel Murecino".

Las ruinas fueron objeto de varias campañas de bombardeo por parte de los Aliados en 1943, que destruyeron buena parte del Teatro Grande y del Foro, así como algunas casas, que fueron convenientemente restauradas una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial.


Los bien conservados frescos de Pompeya son una muestra excelente de la cultura de la ciudad.

martes, 12 de mayo de 2015

12. EL VESUBIO EN LA LITERATURA:


Las primeras excavaciones sistemáticas que se llevaron a cabo en la zona, empezaron en 1748 auspiciadas por el rey Carlos VII de Nápoles, futuro Carlos III de España. 
El escritor Conde de Fernán Núñez escribió lo siguiente acerca de las consecuencias:
Pompeya pereció en el gran terremoto acaecido en tiempo de Nerón, el 5 de febrero de 63, en el cual padeció también mucho Herculanum, que fue sumergido por la lava y las cenizas del Vesubio en la gran erupción acaecida en 4 de agosto de 79, en tiempo del emperador Tito. Esta erupción es la que describió con la mayor elegancia Plinio el Menor, que fue testigo ocular de ella, y cuyo tío Plinio el Mayor, el naturalista (que era general de la armada romana que cruzaba siempre las costas de Sicilia), pereció en ella, queriendo acercarse a tierra para socorrer a los desgraciados habitantes de las faldas del monte. Fue tal la fuerza de esta erupción y la cantidad de cenizas que arrojó de sí el volcán, que no sólo llegaron a Roma, sino a Asia y a Siria, y ellas acabaron de cubrir las ruinas de Pompeya.
Pero esas excavaciones comenzaron por unas razones, que bien relata en su testimonio de lo ocurrido:

Hacía ya mil seiscientos cuarenta y un años que estaba Herculano sepultado y nadie pensaba en verlo, cuando el Príncipe d'Elbeuf, que construía una casa de campo al pie del Vesubio en 1720, buscando para ella unos mármoles, encontró en las inmediaciones algunos ya trabajados, que le empeñaron en buscar otros. No sólo los halló sino que descubrió algunas estatuas antiguas, que regaló al Príncipe Eugenio de Saboya, y continuó en ir sacando. Pero viendo el Rey Carlos que, según todas las noticias antiguas, aquellas ruinas podían ser parte de las dos ciudades Pompeya y Herculanum, cuya situación era: la primera hacia la Torre del Greco y la segunda entre ésta y Nápoles; creyó que era necesario todo el poder y medios de un soberano para hacer con utilidad este descubimiento, que tanto podía interesar a la literatura y a las artes, y así, satisfaciendo al príncipe sus gastos y comprando el terreno, emprendió a toda costa la excavación bajo la dirección de personas hábiles que en esta obra, digna de un monarca, han dado impresa a Europa la colección más interesante y completa que puede imaginarse, y que van continuando. La excavación de Herculanum se empezó en 1750. Unos paisanos hallaron después de esta época las ruinas de Pompeya.