miércoles, 13 de mayo de 2015

13. POMPEYA: Historia de los trabajadores arqueológicos:


Gruesas capas de ceniza cubrieron las dos ciudades situadas en la base de la montaña, y sus nombres y localizaciones exactas acabaron olvidados con los siglos. 
Herculano fue redescubierta en 1738, y Pompeya en 1748.

Intervino como patrono y visitante frecuente de los trabajos, el rey Carlos VII de Nápoles, mucho más conocido como Carlos III de España entre 1759 y 1788.

Fue ingeniero director de los primeros trabajos sobre Pompeya y Herculano el aragonés Roque Joaquín de Alcubierre, durante una treintena de años buscador de esculturas y objetos artísticos para las colecciones reales, hoy preservadas en los grandes museos de Madrid, Roma y Nápoles.

Desde entonces, ambas villas fueron excavadas con criterios cada más científicos y no ya como meros cofres de tesoros, revelando numerosos edificios intactos, así como pinturas murales. 
Realmente el descubrimiento tuvo lugar en el año 1550, cuando el arquitecto Fontana estaba excavando un nuevo curso para el río Sarno. Pero hubo que esperar 150 años antes de que se iniciara una primera campaña para desenterrar las ciudades. 
Hasta esa fecha, se asumía que Pompeya y Herculano se habían perdido para siempre.

Se ha sostenido la teoría (sin demostrar) de que Fontana inicialmente encontró algunos de los famosos frescos eróticos y, escandalizado debido a la estricta moral reinante en su época, los enterró de nuevo en un intento de censura arqueológica.
Excavadores posteriores plasmaron en sus informes que los lugares en los que estaban trabajando habían sido desenterrados y enterrados de nuevo con anterioridad.

El foro, los baños, muchas casas y algunas villas permanecieron en un sorprendente buen estado de conservación. A poca distancia de la ciudad se descubrió un albergue de 1000 m² que hoy en día se conoce como "Gran Hotel Murecino".

Las ruinas fueron objeto de varias campañas de bombardeo por parte de los Aliados en 1943, que destruyeron buena parte del Teatro Grande y del Foro, así como algunas casas, que fueron convenientemente restauradas una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial.


Los bien conservados frescos de Pompeya son una muestra excelente de la cultura de la ciudad.

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