miércoles, 27 de mayo de 2015

19. EDIFICIOS PÚBLICOS:

Los Fornicis:

Se trata de una serie de estructuras abovedadas frente a la playa que servían como almacenes portuarios y para resguardar las barcas de pesca. 
Sobre ellas descansa una gran terraza. Fue aquí donde, en 1980, Giuseppe Maggi localizó trescientos esqueletos humanos. 
Durante la erupción del Vesubio, los habitantes de Herculano trataron de refugiarse en estos almacenes con sus objetos más valiosos (joyas y monedas) y murieron debido a los gases y las altísimas temperaturas con que los golpeó la oleada de flujo piroclástico. 
Se trataba de los rezagados que llegaron cuando ya no quedaban embarcaciones y decidieron esconderse allí a la espera de que cesaran los temblores y se disipara el humo y la ceniza. 
Hasta entonces se creía que la mayor parte de la población de Herculano se había salvado, al hallarse muchos menos cuerpos que en Pompeya, pero este descubrimiento reveló que los herculanos trataron de huir por mar, pero el fuerte oleaje hizo zozobrar las barcas hundiéndolas, arrojándolas contra las playas, llenando probablemente la costa de cadáveres ahogados durante los días y semanas siguientes.

En 1982, en esta misma zona se encontró, en buen estado de conservación, una embarcación romana de 9 metros de longitud, en la que se hallaba un remero y un soldado con dos espadas y una bolsa de monedas. 
También en la playa frente a los almacenes se encontraron los esqueletos de varias personas más y un caballo.

En época romana, el mar se encontraba mucho más cerca de la ciudad que en la actualidad. Los materiales arrojados por el Vesubio le ganaron al mar una franja de tierra de unos 400 metros de ancho.


La Terraza de M. Nonio Balbo:

Una rampa adosada a las murallas conduce a una amplia plaza rectangular frente a las Termas suburbanas. 
Aquí se encuentra un altar funerario de mármol en honor al senador M. Nonio Balbo, pretor y procónsul de la provincia de Creta y de Cirene, tribuno de la plebe en el año 32 a. C. 
Este senador era mecenas de la ciudad de Herculano y edificó numerosos edificios públicos para la misma.
 Por esta razón, le erigieron al menos diez estatuas y a su muerte, le tributaron grandes honores (según consta en una inscripción de este altar). 

En la base de mármol, a un lado del altar, estaba la estatua con coraza del propio M. Nonio Balbo. La cabeza se descubrió durante las excavaciones de A. Maiuri.



 Gimnasio:

El Gimnasio o Palestra era un extenso complejo dedicado fundamentalmente a las actividades deportivas. 
Se construyó durante la época de César Augusto (27 a. C. al 14 d. C.). 

Su planta se organiza en torno a dos terrazas. Sólo una parte del edificio fue excavada. 

Desde la entrada, por el cardo V se accede a un monumental vestíbulo realzado por dos columnas. 
La terraza inferior consta de una gran área con pórticos en tres de sus lados y un Criptopórtico en su lado Norte, sobre el que descansa otra terraza. Un largo estanque rectangular, que servía de vivero de peces, bordeaba el criptopórtico, pero fue reemplazado por una gran alberca cruciforme, con una fuente de bronce que representa a la Hidra de Lerna, mítica serpiente monstruosa de siete cabezas, cuyo original se conserva en el Antiquarium.

En el lado oeste del pórtico encontramos una serie de habitaciones entre las que destaca una amplia sala rectangular con ábside, de unos 10 metros de altura, con una hornacina y un altar de mármol destinado a las ceremonias y ofrendas religiosas.






 La Sede de los Sacerdotes Augustales:

Para los esclavos liberados, convertirse en un sacerdote augustal era una forma de ascender en la escala social. 
Su Colegio, dedicado al culto al emperador Augusto, estaba ubicado en las proximidades del Foro, donde se desarrollaba la vida religiosa, política y social.

Es un edificio de planta cuadrada, con cuatro columnas centrales y arcos ciegos en sus paredes. 
El suelo es de opus signinum mientras que el de la planta alta es de opus spicatum. 

Con posterioridad se construyó una cella, en eje con la entrada, que conserva parte de su suelo y rodapié original así como los frescos en cuarto estilo: en la pared izquierda se observa la entrada de Hércules en el Olimpo acompañado de Júpiter, metamorfoseado en arco iris, Juno y Minerva; en la pared derecha en cambio vemos la lucha de Hércules con Aqueloo. 

Al fondo, a la derecha del sacellum, está la habitación del conserje, cuyo esqueleto se encontró tendido en la cama.

Todavía se conserva una inscripción en la pared que recuerda que el edificio fue consagrado a Augusto, en vida del emperador, y que fue construido por voluntad de los hermanos A. Lucio Próculo (A. Lucius Proculus) y A. Lucio Juliano (A. Lucius Iulianus), quienes el día de la inauguración ofrecieron un almuerzo al que invitaron a los miembros del Senactum (senado municipal) y a los sacerdotes Augustales.




Teatro:

El edificio, cuya estructura se apoyaba sobre un doble orden de arcos y pilastras, tenía una capacidad de 2.000-2.500 espectadores y estaba decorado elegantemente. 
El muro en lo alto de la cavea estaba ornamentado con una serie de estatuas de bronce de grandes dimensiones, representando a personalidades de Herculano y miembros de la familia imperial. 
Riquísima era también la decoración de la escena, recubierta de mármol, con columnas de mármol africano y de amarillo antiguo.
A pesar de ello, el teatro aparece hoy totalmente espoliado. Manuel Mauricio de Lorena, príncipe de Elboeuf primero y Carlos de Borbón después se ensañaron con tenaz vandalismo con este monumento, llevándose toda obra de arte y cada placa de mármol, desmembrando así irremediablemente aquello que de otra forma habría sido el teatro mejor conservado de toda la antigüedad.



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