martes, 12 de mayo de 2015




11. LOS DOS PLINIOS:

Plinio el Joven:

El único superviviente y testigo ocular fiable relata que el suceso fue registrado por Plinio el Joven en una famosa carta remitida al historiador Tácito.
 Lo observó desde Miseno (latín: Misenum), (cabo junto a Cumas y distante unos 35 km del volcán), mientras que su tío que andaba por terreno peligroso, vio una extraordinariamente densa, cambiante y creciente nube apareciendo encima de la montaña.e calcula en la actualidad que la columna eruptiva tenía más de 32 km de altura.
 
Luego, Plinio, describió la nube precipitándose hacia las laderas de la montaña y cubriendo todo a su alrededor, incluyendo la costa. Esto es conocido hoy en día como un flujo piroclástico, que es una nube de gas supercaliente, ceniza y roca que erupciona desde un volcán.
 Los geólogos han utilizado las características magnéticas de unas 200 rocas volcánicas y trozos de escombros (por ejemplo tejas) encontrados en Pompeya para estimar la temperatura de este flujo piroclástico (cuando rocas fundidas y solidificadas y minerales magnéticos en las rocas, registran la dirección del campo magnético de la Tierra, si el material es calentado a una cierta temperatura, conocido como el punto de Curie o (Tc), el campo magnético puede ser modificado o completamente recompuesto). 
Muchos de los materiales analizados experimentan temperaturas entre 240º y 340º (con unas pocas presentando temperaturas de sólo 180°). 
Esto indica que la nube de ceniza alcanzó una temperatura de 850º cuando emergió de la boca del Vesubio y se enfrió por debajo de 350° cuando llegó a Pompeya. 
La teoría es que la turbulencia puede tener mezclado aire frío en la nube de ceniza. Esto se llama en la actualidad el estado pliniano de la erupción, denominado así por ambos Plinios, el Joven y el Viejo.

Plinio manifestó que varios temblores de tierra fueron percibidos en el momento de la erupción y que fueron seguidos por una violentísima sacudida del terreno. También apuntó que la ceniza iba cayendo en espesísimas capas y que la ciudad iba siendo evacuada, y que entonces el sol fue tapado por la erupción y que la luz cedió ante la oscuridad. 
 Además, que el mar fue ocultado y que fue contenido por un "terremoto", un fenómeno que los modernos geólogos llaman tsunami.


Imagen del Vesubio desde una distancia semejante a la que tuvo que observar Plinio el Joven el día de la erupción y que remite a Tácito en una de sus cartas.


Plinio el Viejo:

El tío de Plinio el Joven, Plinio el Viejo, estaba mientras tanto al mando de la flota romana en Miseno, en el extremo opuesto de la bahía, y decidió fletar varios barcos para investigar el fenómeno a punto de suceder. 
La flota tuvo además la misión de rescatar a aquellos que permanecían al pie del volcán cuando, estando a punto de partir, un mensajero llegó con la misiva de una amiga de Plinio que vivía en la costa cercana al pie del volcán implorándole que la rescatara.
 Él salió para cruzar la bahía, pero se encontró con espesas lluvias de cenizas calientes, pedazos de pumita y trozos de roca que, alterando la línea de la costa y las profundidades de las aguas, le obstaculizaron el acceso a la orilla y le impidieron desembarcar allí. El viento del sur reinante también se sumó para impedirle desembarcar, pero siguió hacia el sur hasta Estabia (a unos 4,5 km de Pompeya), donde desembarcó y obtuvo refugio de su amigo Pomponiano. 
Pomponiano tenía ya cargado un barco con sus posesiones y preparado para partir, pero el viento sopló en su contra.

Plinio y su grupo vieron llamas viniendo desde varias partes de la montaña (probablemente oleadas de flujos piroclásticos, las cuales más tarde destruirían Pompeya y Herculano). 
Tras quedarse durante la noche, el grupo decidió evacuar a pesar de la lluvia de tefra porque de seguir allí la amenazadora y violenta tierra derrumbaría el edificio. Plinio, Pomponiano y sus compañeros volvieron hacia la playa con almohadas atadas en sus cabezas para protegerlas de la avalancha de rocas.
 Al mismo tiempo, había tanta ceniza en el aire que el grupo apenas veía a través de la oscuridad y necesitaba antorchas y fanales para encontrar el camino.
 Llegaron hasta la playa, pero se encontraron con que el agua, para colmo, les interrumpía con violencia por los continuos terremotos, y descartaba la huida sin riesgo por mar.

Plinio el Viejo se desplomó y murió. 

En la primera carta a Tácito, su sobrino insinúa que fue debido a la inhalación de venenos, sulfurosos o gases.Sin embargo, Estabia que se hallaba a 16 km de la caldera (más o menos donde está la actual ciudad de Castellammare di Stabia) y sus compañeros, no fueron aparentemente afectados por los humos; probablemente dada la corpulencia de Plinio, murió por una causa diferente, quizá de un golpe o un infarto.
 Su cuerpo fue hallado sin heridas aparentes el 26 de agosto. 
Después la pluma ha dispersado suficientemente su historia a los cuatro vientos.


Roca volcánica y piedra pómez.

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